Barcelona comienza a ser una ciudad hostil. Hostil para los que ya no vivimos en ella, y tenemos que llegar a ella en coche. Entrar en la ciudad, buscar aparcamiento... Ni las zonas azules, en determinadas zonas, se toman el domingo de descanso. Todo ello hace que no estés de buen humor. La fotografía necesita, a mi entender, un estado de gracia total donde puedas conjugar formas y colores. Pero a veces los estados no tan agraciados pueden llevarte a la inspiración. Generalmente, al menos en mi caso, esto no se produce. Al menos encontré un riconcito en Barcelona donde calmarme, relajarme y ver la vida pasar.
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1 comentario:
Hay cuadros, que parecen fotografias, y hay fotografias que parecen cuadros, la tuya es totalmente un cuadro. PRECIOSA!!!!!
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