La primera vez que fui a Andorra, cuando era pequeño, no fui a comprar. Ni a esquiar. Fui con mi familia a ver iglesias románicas, realmente todo un tesoro de este pequeño país de los Pirineos. A pesar de todo, acabé con un fantástico reloj Casio de 12 melodías.
Huyendo de los petardos y de las verbenas de San Juan, he vuelto a Andorra. Y no para comprar. Ni para esquiar. Volví a ver esas iglesias románicas que seguían en el mismo sitio desde la primera vez que fui a Andorra (o quizá desde mucho antes, quién sabe!). A pesar de todo, acabé con un fantástico MP3.
Podéis ver más fotos de Andorra en la colección de mi Flickr.
29 junio, 2008
Andorreando...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario