Una de las excursiones más típicas de esta zona norte de Islandia es salir en un bote en busca de ballenas. Salimos en el último viaje del día y no tuvimos mucha suerte. Cuatro aletas dorsales mal contadas y punto. A pesar de que salí algo "perjudicado" por culpa de los movimientos de la pequeña barca, disfrutamos con una de las larguísimas puestas de sol del verano islandés.
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